La sequía vino a complicar todos los planes en un marco de suba récord en las cotizaciones internacionales y luego de que la Bolsa de Comercio de Rosario recortara su estimación de cosecha hasta las 45 millones de toneladas, ayer llegó la mala nueva de la mano de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires que ubicó sus proyecciones en apenas 44 millones de toneladas -2 millones menos que los previsto meses atrás- y si no llueve en las próximas semanas la caída podría ser todavía peor.
Con una cosecha de entre 44 y 46 millones de toneladas, se prevé que el ingreso de divisas estimado para este año caería entre u$s1.300 y u$s2.100 millones, teniendo en cuenta una cotización FOB para la oleaginosa de alrededor de u$s522 por tonelada.Lo cierto es que la suba de las cotizaciones internacionales que en el caso de la soja acumulan un 40% en los últimos siete meses pueden compensar las caídas productivas y generar un ingreso de divisas de entre u$s25.000 y u$s28.000 millones, valores que todavía se ubican entre los máximos históricos para el sector agroexportador.
De todas maneras, reina la preocupación en el campo local porque la sequía no solo es una mala noticia para los rindes y el ingreso de divisas sino también para el estado de los suelos en el planeamiento de la próxima campaña agrícola. Además, cada caso es particular y algunos productores saldrán muy afectados económicos de esta campaña agrícola.
Lógicamente la soja no es el único cultivo afectado por la falta de precipitaciones, el maíz también atraviesa un complicado panorama y en este marco, la entidad porteña redujo su estimación de cosecha a 45 millones de toneladas, lo que representa 1 millón menos que lo pronosticado al inicio de la campaña y una caída de más del 10% respecto al ciclo previo.
Según indican desde la entidad, la cosecha del cereal ya se ubica en el 3,5 % del área apta y a medida que las labores avanzan sobre lotes tempranos, los rindes recolectados se ubican por debajo de las estimaciones iniciales.
En tanto, los pronósticos climáticos no son demasiado alentadores para los próximos días y las lluvias continuarían haciéndose desear. Del agua depende que no haya mayores recortes productivos por lo que las próximas semanas serán clave en lo que respecta al avance de la campaña agrícola.
“La extrema variabilidad del clima hace recordar las condiciones de extrema sequedad en las que terminó la campaña gruesa 2017/18. Febrero y los primeros diez días de marzo no dejaron lluvias importantes a gran parte del área central, en especial el este. Hay pérdidas muy graves de rindes y de superficie sembrada. Aún no es posible estimar el piso de producción con la que terminará está campaña de soja de extenderse la falta de agua”, grafican desde la Bolsa de Comercio de Rosario que esta semana también advirtió que el 60% de los lotes de la zona núcleo presentaba una condición entre mala y regular.
Fuente: Ambito