El 20 de julio de 1969, por primera vez en la historia, un hombre pisó suelo lunar aunque las misiones continuaron por tres años más con el envío de algunos automóviles.
Se cumplen 50 años de la llegada del Apolo 11 a la Luna, que convirtió al astronauta estadounidense Neil Armstrong en el primer hombre que logró pisar la superficie del satélite natural del planeta Tierra. Cabe recordar que en aquel viaje, la tripulación restante fue compuesta por Edwin Aldrin y Michael Collins.
A pesar de que durante un poco más de tres años continuaron los alunizajes tripulados por parte del programa Apolo, creado por los Estados Unidos, hubo tres misiones que llevaron vehículos lunares para movilizarse con mayor distancia por los terrenos rocosos. Estos correspondieron a las expediciones de los Apolo 15, 16 y 17, que se llevaron a cabo durante los años 1971 y 1972, última vez que una persona viajó al satélite natural.
Si bien varias personas creen que al concluir las misiones, los rodados utilizados regresaron a la Tierra, eso no ocurrió. Los diferentes modelos con formato de buggy, quedaron estacionados en territorio lunar hasta la actualidad, y según fuentes de la NASA, la sonda espacial Lunar Reconnaissance Orbiter del año 2009, recopiló un par de imágenes con los longevos vehículos.
¿Cómo eran?
Los tres ejemplares denominados Lunar Roving Vehicle (LRV) o Rover Lunar, fueron construidos en conjunto por las empresas General Motors y Boeing. En dimensiones, los vehículos tenían 3,1 metros de largo, 1,8 metros de ancho, 1,14 metros de alto, 2,3 metros de distancia entre ejes y pesaba 210 kg, aunque podía transportar hasta 490 kg de carga.
Además poseían una distancia al piso de 36 centímetros, y neumáticos de 81,8 cm de diámetro y 23 cm de ancho hechos de hilos de acero de 0,083 cm de diámetro, recubiertos de cinc unidos a la llanta y los discos de aluminio.
El “auto lunar” tenía lugar para dos ocupantes con reposabrazos entre las plazas, sumado a los reposapiés de cada asiento, y a los cinturón de seguridad. Por otro lado, en la zona frontal llevaba una antena parabólica, como parte del sistema de comunicaciones.
La mecánica era eléctrica con dos baterías de 36 voltios. Ambas alimentaban a los motores de las unidades (ubicados en cada rueda), la dirección, un tomacorriente, enlazado con los comandos de comunicación y la cámara de T.V, entre las tareas principales.
Desde un controlador manual en forma de T, junto a una palanca situado entre los dos asientos, se controlaban los cuatro motores de accionamiento, los dos impulsores de dirección y los frenos. Cabe recordar que la velocidad máxima del vehículo, no superaba los 20 kilómetros por hora, y durante su estadía en la Luna, casi no superó los 10.
Con respecto a los diferentes arribos a la superficie lunar, el primer Rover alunizó junto a la tripulación del Apolo 15, el 30 de julio de 1971, y fue conducido por un poco más de tres horas durante, logrando una distancia recorrida de 27,8 kilómetros.
El segundo LRV llegó al satélite natural, el 21 de abril de 1972, junto con los tres tripulantes del Apolo 16. Recorrió 26,7 kilómetros en tres horas y 26 minutos para realizar diferentes expediciones.
El tercer vehículo lunar llegó a la Luna el 7 de diciembre del mismo año que la misión anterior a bordo del Apolo 17, y se convirtió no sólo en el último Rover en transitar por los terrenos rocosos lunares, sino que formó parte del desenlace de los viajes tripulados al satélite. Aún así, el Lunar Roving Vehicle recorrió 35,9 kilómetros y fue conducido durante cuatro horas y 26 minutos.
A pesar de que desde ese año (1972), los objetivos de las principales agencias espaciales tendieron a migrar rumbo al descubrimiento de Marte, claramente los vehículos lunares quedaron abandonados desde principios de la década de 1970. Si bien, existen planes para viajar algún día al planeta rojo, durante los últimos años se han revelado diversos programas de la NASA, la Agencia Espacial Rusa, CNSA (Administración Espacial Nacional China), ESA (Agencia Espacial Europea), entre las más destacadas, para regresar a la Luna en los próximos años.
De esta manera, volver a traer a la Tierra a los tres ejemplares de los LRV, continúa siendo una posibilidad, ya que como se mencionó anteriormente, la NASA reveló en 2009 distintas imágenes de los Rovers, tras el lanzamiento de la sonda espacial Lunar Reconnaissance Orbiter, que logró fotografiar a las unidades abandonadas.