El agua dulce es esencial para la salud de las personas, todo el ecosistema se fundamenta en este valioso recurso hídrico y es sin duda el motor del desarrollo económico de los países. Al ser un recurso vital, su conservación y protección es crucial, cada acción que las personas realizan puede aportar en la protección y el uso responsable de la misma.
Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de UNICEF, indica que 3 de cada 10 personas carecen de agua potable y 6 de cada 10 carecen de saneamiento seguro***. Una problemática que está en aumento derivado del crecimiento poblacional y la intensificación del efecto del cambio climático****.
Se estima que aproximadamente el 90% de los desastres naturales se vinculan al agua. Inundaciones y sequias que anualmente cobran miles de vidas y afectan a millones de personas física y económicamente alrededor del mundo****, se espera que el cambio climático aumente la frecuencia y la magnitud de los fenómenos meteorológicos extremos.
“El cambio climático es impredecible y debemos sumar a este importante tema la urbanización progresiva que trae consigo el aumento de la demanda de suministros de agua dulce y generación de aguas residuales, planteando nuevos y difíciles retos para la gestión urbana del agua”, indicó Víctor Guajardo, Gerente General de Amanco Wavin Argentina.
Casi todo el crecimiento poblacional se está produciendo en las ciudades, al que debe sumarse el desplazamiento de las personas desde áreas rurales, proponiendo un impacto al medio ambiente y una exigencia de mayor salud pública. Incluso en los casos en los que una región dispone de agua suficiente, existe cada vez mayor dificultad para transportarla de manera eficaz y eficiente.
Algunos de los problemas que pueden identificarse en relación agua son:
- Retos de transporte por el aumento de la población.
- Sistemas de transporte antiguos que provoca fugas o contaminación. En Argentina la pérdida de agua por fuga equivale al 40%.
- Deterioro de alcantarillados que aumentan las inundaciones a nivel urbano.
- Agua dulce no apta para el consumo.
Algunas soluciones viables para estas situaciones:
- Cambios de cañerías para evitar pérdidas
- Construcciones de edificios ecológicos
- Introducción de nuevos hábitos sobre como desechar desperdicios y aceites
- Incorporación de soluciones que tratan de complementar las redes de drenaje pluvial conocidas como SUDS o Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible.