Los productores sufrirán una suba de tarifas de servicios de cosecha y transporte, entre otros rubros, por el último incremento del gasoil
La última suba de los combustibles, que se ubicó en el 27%, le costará al campo unos $600.000 millones extra, según un estudio privado. En la actividad hay preocupación porque, más allá de la devaluación que acomodó en parte los números del negocio, se teme por el avance de los costos. Se está terminando la cosecha de trigo en el sur bonaerense y desde fines del mes próximo se harán las primeras tareas de recolección de maíz y girasol en algunas regiones.
“Por cada peso que aumenta el gasoil el agro transfiere al sector energético y a los gobiernos a través de impuestos y tasas 3,6 millones de dólares. Con este último incremento, del 27%, el agro tendrá un aumento en sus costos de 600.000 millones de pesos solo para producir, proteger y cosechar la diversidad de cultivos y actividades productivas en todo el territorio nacional”, indicó a LA NACION Ernesto Ambrosetti, consultor en agronegocios. Según explicó Ambrosetti, a lo largo del año el campo consume cerca de 3000 millones de litros de gasoil para todas sus producciones. A valores actuales representa, llevado a dólares oficiales, una inversión de más de 3000 millones de dólares.
Además de la producción agropecuaria, este aumento se trasladará al transporte con un fuerte incremento en sus tarifas, “lo que significará un mayor costo para la producción y comercialización, especialmente de aquellas alejadas de los puertos y grandes centros de consumo”.
“Es una gota más a un vaso que ya está por rebalsar”, expresó Luis “Fredy” Simone, presidente de la Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas (Facma), que agrupa a quienes brindan el servicios desde siembra a cosecha. En esta actividad ven que la rentabilidad disminuye con las constantes alzas y se dificulta reflejar esto en las tarifas. El dirigente calculó que las tarifas de la prestación de servicios de los contratistas van a aumentar un 5%.
No obstante, indicó que estima que, al menos en un principio, gran parte de los contratistas absorberán el aumento, salvo quienes estén todavía acordando tarifas en estos últimos días. “Tuvimos que arreglar tarifas a pesar de que sabíamos que podía haber un aumento en el combustible por una cuestión que necesitábamos dinero para comprar combustible e insumos para nuestros equipos”, aseguró.
Detalló que en los costos asociados a una cosechadora el precio del gasoil representa aproximadamente el 25% del total del presupuesto destinado a la prestación del servicio. Según indicó, una cosechadora gasta entre 10 y 12 litros de gasoil por hectárea trabajada y en un equipo de trabajo que incluye camioneta de apoyo y tractor tolva eso se eleva a entre 14 y 15 litros por hectárea.
“Los contratistas veníamos lidiando con la megadevaluación del 100% en las tarifas y los derivados de insumos. En este contexto, nos resulta difícil ajustar nuestras tarifas a la par de estos cambios de precios, lo que complica nuestras negociaciones con los proveedores. Aunque hemos logrado algunas mejoras en los plazos de pago, que oscilan entre 30 y 40 días, aún estamos lejos de recibir los pagos en el momento de acordar”, sostuvo.
Roberto Rivero, director ejecutivo de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac), alertó que tras la última suba de gasoil realizarán un nuevo índice de precios que es el que el transportista usa de referencia para negociar con sus clientes.
Este incluirá el aumento del 27% y la cuota paritaria que deberán pagar dadores de carga en febrero, que tiene un aumento del 25,5%. “Esos dos rubros los vamos a incluir dentro del índice que va a dar un aumento estimado de 14% [la tarifa] para la primera quincena de enero”, dijo. Sin embargo, para Rivero “difícilmente” al transportista se le reconozca este aumento en la tarifa. “Siempre es la parte más débil de la contratación, entonces pierde”, se lamentó.
Tras anunciarse el aumento de los combustibles, productores agropecuarios manifestaron también su rechazo y preocupación en las redes. Para Ariel Bianchi, productor agropecuario del partido de Pergamino, este incremento es la muestra de una “libertad solo para algunos”.
Según sostuvo en su cuenta de X, hay combustibles a valores internacionales. También precios de los fertilizantes y de la maquinaria agrícola muy por encima de la referencia internacional. En tanto, la soja tiene 33% de retenciones y el trigo, la carne y el maíz, entre otros productos, verán aumentados los derechos de exportación del 9 al 15%.
En la misma línea, Sergio Parra, productor agropecuario de Salta, manifestó: “Que bueno que las petroleras ahora tengan el precio que merecen cobrar y se acaben los subsidios para tener un país libre. Ahora falta que nosotros que lo pagamos, por ejemplo, no tengamos retenciones para empezar nomás. A mi me gustan las libertades completas”.
Fuente: Diario La Nación