A mí no me hagas notas, dice Coco, el que se la merece es Jorgito. Un fenómeno el pibe y yo tuve la suerte de ser su primer maestro. No sabes que orgullo (y se le nota).
Coco, ya sé que no querés notas pero no me importa. ¿A qué edad empezaste con la música?
Tenía 18 años, en ese momento trabajaba de mozo. Había un cliente que tenía un bandoneón y cuando terminaba el turno en lugar de ir a mi casa me quedaba “rascando el fuelle”. En el año 1948 empecé a estudiar con Crocetto. Y en 1949 ingresé a un conjunto.
¿Qué música escuchabas en tu juventud?
Tangos, como cantor a Gardel, fui hincha de Gardel. Como músico Troilo y ese estilo fue el que tomé para tocar.
¿Algún pariente músico?
Ninguno. Nadie en mi familia se dedicó o le gustó esto.
¿Por dónde tocaste? ¿Integraste muchas orquestas?
Siempre toqué en Rufino y la zona. Integrar, integré como 8 orquestas. Pero lo que más me gustó es enseñar. Con orquestas no toco más, no me da el cuero y ahora enseño. Tengo algunos alumnos en casa y en la Escuela de Música empecé en el 2005, con Jorgito como alumno. Toco batería, guitarra, bandoneón, fui el primer maestro que tuvo Raulito Bolanté cuando tenía 8 años. No soy de guardarme nada. Todo lo que sé lo transmito.
¿Dónde y cuándo naciste?
Nací en Villegas el 09 de julio de 1930. Decían que el nacía en esa fecha se salvaba del servicio militar pero igual me tocó en 1951. Vinimos a Rufino cuando tenía 7 años. Mi papá era jornalero, trabajaba en el campo, así que recorríamos toda la zona. Ahora hacele la nota a este fenómeno.
Jorge ¿Cuándo se te dio lo de la música?
A los 11 años, en el 2005, cuando iba a la primaria. Desde muy chico escuchaba folklore y bailé folklore. Pero a esa edad conocí el bandoneón y dejé colgado el atuendo criollo para empezar acá con el maestro. Y la ropa de folklore quedó colgada hasta el día de hoy.
¿Vos escuchabas folklore o tango?
Desde muy chico folklore, tango escuchaba pero no mucho. Sí mucha música litoraleña. Yo quería tocar el acordeón pero al final agarré el bandoneón. Se me cruzó el bandoneón y dejé de querer aprender a tocar chamamé.
¿Tu referente como bandoneonista?
En el primer tiempo Rubén Juárez. Después conocí a Troilo que es quien me marcó como bandoneonista joven. Para mí es el referente número uno.
¿Y después de la Escuela de Música?
Fui a estudiar a Rosario y a Buenos Aires. Hoy estoy en Buenos Aires con el maestro Carlos Borradi, bandoneonista muy bueno, de varias orquestas, de Leopoldo Federico, de Horacio Salgán, de José Baso.
¿Y la orquesta?
Hace tres semanas me gradué de la Orquesta de Tango de Emilio Balcarce, dirigida por el maestro Víctor Lavallén. La orquesta fue fundada por el maestro Balcarce, que fue violinista de Pugliese, arreglador de varias orquestas, creador y compositor. En el tiempo en que estuve ahí aprendí muchos estilos de las grandes orquestas. De Di Sarli, de Pugliese, de Troilo, Salgán, D’arienzo, Piazzolla, Alfredo Goi. Aprendí todo eso. Fueron muy, pero muy importantes estos dos años tocando en la fila de bandoneones de Emilio Balcarce. Mientras tanto iba estudiando en forma paralela bandoneón, armonía.
¿Dónde estás trabajando actualmente?
Laburo todas las noches en una casa de tango, “Madre Tango”, en Puerto Madero. Laburo en un par de casas más “La Ventana”, “El Laurel”, en “Tango Porteño”. También en milongas, en lugares nocturnos donde se toca tango y folklore. En poco tiempo toqué en varios lugares. Ahora estoy armando un sexteto con amigos, compañeros de la orquesta. El sexteto todavía no tiene nombre. También trato seguir estudiando, que es lo más importante para mí. Seguir formándome como músico. Siempre trato de aprender, de sacar información. De escribir y de borrar, que es la única manera para aprender a orquestar. En lápiz y con goma de borrar. Puede haber libros de armonía, pero para mí la única manera es escribir, tachar, borrar, tirar lo que no sirve al tacho de basura. Después de eso salen las cosas solas.
¿Dónde te ves profesionalmente en el futuro?
No soy futurista, no soy de planificar las cosas para el futuro. Todas las cosas que me salieron, salieron solas, sin pensarlas, sin planearlas. Mi sueño es seguir con lo mío, tocando, dar clases el día de mañana, tratar de enseñar todo lo que aprendí. Brindar todos los conocimientos que tengo.
¿Penas o alegrías de bandoneón?
En el bandoneón hay momentos, trato de que sea alegre. Es un instrumento completo, para mí un piano portátil. Aunque para algunos es melancólico. Se puede tocar en él todo tipo de música. Española, Clásica, Barroca, hasta Jazz. Para mí en folklore uno de los mejores sonidos es el del bandoneón junto con el piano. El maestro Dino Saluzzi, uno de los grandes intérpretes del folklore, toca el bandoneón. Llevó el folklore a muchas partes del mundo. Vienen muchos músicos de afuera a aprender el toque de folklore y obviamente el de tango. En el bandoneón se puede tocar de todo, puede ser triste, melancólico, alegre, de todo.
Luego de dar por terminada la entrevista este GRANDE me regala tangos, aires españoles y lo más sorprendente, los Ejercicios para Piano de Bach, ejecutados en su bandoneón. Como para que no se le llenen los ojos de lágrimas de orgullo a su primer maestro.
Oscar Bertolín