Bajo una lluvia torrencial, se movilizaron desde el Congreso a Plaza de Mayo unas 400.000 personas, según el último cálculo de la Policía Metropolitana. La multitud fue encabezada por fiscales y familiares de Nisman. Además, hubo multitudinarias concentraciones en ciudades del Interior como Rosario, Córdoba, Santa Fe y Mar del Plata.
Bajo una lluvia por momentos torrencial, una multitud participa de la Marcha del Silencio, que se moviliza desde la Plaza de los dos Congresos a Plaza de Mayo. La columna es encabezada por fiscales y la familia del fiscal Alberto Nisman, muerto hace un mes.
La Policía Metropolitana estimó en su último cálculo en unas 400.000 personas la concurrencia, aunque en realidad el cálculo final es difícil de realizar porque mucha gente participó de algún tramo de la marcha y se retiró en medio de las tormentas.
Las convocatorias también son masivas en el Interior del país, especialmente en las ciudades de Mar del Plata, Rosario, Santa Fe y Córdoba.
El inicio de la marcha quedó pasado por agua. Unos 15 minutos antes de las 18, el horario de salida previsto desde la Plaza del Congreso, una fuerte tormenta que se extendió de manera intensa durante media hora marcó el primer tramo de la manifestación.
La partida fue algo desordenada en ese contexto y se concretó unos minutos antes, entre los aplausos que funcionaban como un pedido de apuro. Con una bandera negra con la inscripción en blanco “Homenaje al fiscal Nisman, marcha del silencio”, visible por un corralito para abrir espacio armado por una suerte de guardaespaldas con remeras que los identificaban, el sindicalista Julio Piumato dio la orden de arrancar.
No hubo palabras en ese momento, sólo se escuchó el grito de “Justicia, Justicia” de los manifestantes en plena tormenta. En la primera fila aparecieron los fiscales Raúl Plee, Carlos Stornelli, Germán Moldes, Guillermo Marijuán y José María Campagnoli, entre otros.
Unos metros más atrás, con menor visibilidad, la jueza y ex mujer del fiscal, Saldra Arroyo Salgado, marchó con otros miembros de la familia. Y dirigentes de la mayor parte del arco opositor lo hicieron en otros puntos, aunque la lluvia obligó a algunos a apartarse y volver al rato.
Los bares y entradas de los edificios de Avenida de Mayo quedaron abarrotados de manifestantes que pretendían refugiarse de la lluvia. Algunos abandonaron la marcha por las calles aledañas, la mayoría permaneció en el lugar y comenzó a avanzar a paso lento, entre los paraguas que dificultaban la caminata hasta la Plaza de Mayo.
El clima entre la gente es muy tranquilo. No se ven banderas partidarias; sí muchos carteles con diferentes inscripciones: «Todos somos Nisman», «Asesina» y «Cristina no te metas con la República».
Ramona, una empleada administrativa del microcentro que participa de la movilización, dijo a Clarín que resolvió sumarse porque está «indignada, cansada de que en este país no haya nunca soluciones, solo problemas».
Laura, una señora que también marchaba hacia la Plaza de Mayo, agregó: «Este país no da para más. Espero que sze haga justicia».
Marcelo, quien vino especialmente desde La Plata para participar de la movilización con un cartel que dice «CFK Asesina», completó: «Estoy indignado porque no puede ser que lo que le paso a Nisman ocurra en democracia. Ojalá esto nunca más se repita».
Fuente: clarin.com