El Campo

Chicharrita: las claves según un experto para enfrentar la campaña 2024/2025

Durante el Congreso Maizar 2024, Manuel Areco, gerente de producto de maíz y sorgo de Bayer para Cono Sur, habló de aspectos que van desde la genética a la protección del cultivo, entre otros puntos.

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El complejo de achaparramiento fue uno de los temas centrales en el último Congreso Maizar 2024 por el impacto en el cultivo de maíz en la última campaña. Durante su charla, Manuel Areco, gerente de producto de maíz y sorgo de Bayer para Cono Sur, brindó algunas herramientas de prevención, manejo y genética, así como los programas de mejoramiento que tienen en la firma. Uno de los interrogantes en el congreso estuvo marcado por la continuidad del problema y cómo enfrentarlo.

Entre otras herramientas, en la firma apuntan a la transferencia de información y el acompañamiento al productor agropecuario durante la campaña. Las iniciativas van desde estrategias a prácticas de manejo: genética, nutrición y protección del cultivo. “Hay muchísima información generada por nuestros técnicos, por colegas y demás acerca del manejo de esta enfermedad. Estamos tratando de transmitir toda esa información y de estar muy cerca del productor para que entienda cómo tiene que manejar este complejo. Son varios patógenos que dependen no solo de lo que uno ve en el lote, sino también lo que estudia con el vecino de cuestiones climáticas y ambientales”, precisó.

En la firma tienen soluciones desde la genética con un buen nivel de tolerancia. Según añadió, hay muchas diferencias entre los genotipos disponibles en el mercado. “Hace muchos años que trabajamos con programas de mejoramiento específico para desarrollar productos exclusivos adaptados y testeados para este complejo en particular: materiales subtropicales y también híbridos templados con muy buena adaptabilidad a ambientes entre media a baja presión. Tenemos un portafolio de protección de cultivos con recomendaciones de insecticidas foliares. Hace poco se han extendido registro de algunos productos para esta plaga en maíz”, dijo.

En la multinacional trabajan en este marco con soluciones como los curasemillas. En rigor, son varios los pilares: genética, protección de cultivos y herramientas digitales. “Hoy más que nunca, la propuesta integral que tiene Bayer para la hectárea de maíz es fundamental para abordar este tipo de problemas”, puntualizó.

Areco se refirió a las temperaturas invernales que se registraron el año pasado, muy por encima del promedio. El principal factor de control abiótico son las bajas temperaturas. La chicharrita por debajo de los 0 grados no sobrevive, por lo tanto, la frecuencia de las bajas temperaturas son importantes para minimizar la dinámica del vector. “Todo lo que tiene que ver con las siembras escalonadas, el año pasado, a raíz de la baja humedad, el productor fue sembrando a medida que llovía y tenía humedad en el lote, básicamente tuvimos maíz en verde prácticamente en todo el año y al ser un vector monófogo, encontró maíz a lo largo de todo el ciclo de cultivo. Esto hizo que las poblaciones de alguna manera también se incrementen. La alta predominancia de vientos del norte, que movió al vector hacia zonas todavía más templadas y también la gran cantidad de genotipos de baja tolerancia en regiones endémicas, favoreció que el vector se desarrolle en mayor magnitud”, amplió.

Hay genotipos con distintos niveles de tolerancia, materiales subtropicales del porfolio de la empresa que se adaptan bien a la región norte y tienen buen comportamiento frente al complejo de achaparramiento, con genética subtropical que tiene genética templada, por genética tropical -brasileña-, que asegura un buen nivel de tolerancia, sin resignar el resto de las características que se necesitan para que el híbrido performe bien en el campo: rendimiento, estabilidad y resistencia a otros complejos de enfermedades que se pueden encontrar en el norte.

La firma trabaja en el programa de genética subtropical desde hace varios años. “Estamos empezando a testear algunas genéticas tropicales puras para entender la adaptabilidad. Si bien pueden tener muy buen nivel de tolerancia frente al complejo de achaparramiento, si el híbrido no rinde o se vuelca o no es estable, no nos sirve. Antes de lanzar un híbrido al mercado, lo testeamos intensamente en los ambientes locales de la región”, expresó.

Entre las recomendaciones están la continuidad de la siembra de híbridos templados, que el productor siga eligiendo el producto con base al potencial de rendimiento, la estabilidad, la performance sobre las enfermedades que recurrentemente hay en las zonas templadas, y prestar atención a toda la información que proporciona la red de monitoreo nacional. “Es importante segmentar las recomendaciones de acuerdo al lugar donde se encuentra el productor”, remarcó.

Fuente: Diario La Nación 

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