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Censo Agropecuario. Se hacen rotaciones de cultivos en el 58% de los campos

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Más allá de la cantidad de explotaciones agropecuarias (EAP según la terminología del Indec), un 25,5% menos que en 2002 con 222.201 establecimientos con límites definidos, el Censo Nacional Agropecuario de 2018 brindó una radiografía sobre diferentes prácticas de los productores. Una foto que permite hacer lecturas sobre la producción hoy.

Así, se buscó indagar sobre las rotaciones agrícolas, pregunta que se incluyó en el censo. Como definición de rotación de cultivos se puso «consiste en alternar plantas de diferentes familias y con necesidades nutritivas diversas en un mismo lugar durante distintos ciclos, aportando nutrientes y evitando que el suelo se agote».

Según el censo, el año pasado había 45.637 EAP haciendo rotaciones de cultivos sobre 78.478 EAP que realizan cultivos anuales. Es decir, la rotación de cultivos está presente en el 58% de las EAP que hacen cultivos anuales.

ara Juan Pablo Ioele, asesor en el sudeste de Córdoba, la política que se siguió en los últimos años tiene que ver con lo que refleja el relevamiento del Indec.

«En cuanto al nivel de rotaciones a nivel país, la reducción de las retenciones alentó la incorporación de gramíneas en la gran mayoría de las EAP, incrementando las rotaciones de cultivos en los últimos tres años de gran manera», apuntó.

En esta línea, puso el ejemplo de un impacto regional en Córdoba. «En el sudeste, en trigo la superficie sembrada durante la campaña 2018/19 según datos de la Bolsa de Cereales de Córdoba ascendió a 181.475 hectáreas en el departamento Marcos Juárez y 217.158 hectáreas en el departamento Unión, asignando entre los dos departamentos casi 400.000 hectáreas de siembra para el cereal y representando el 32,5% de la superficie sembrada en la provincia», dijo.

Por el lado del maíz, en tanto, se sembraron 151.533 hectáreas en el departamento Marcos Juárez y 163.071 hectáreas en Unión, lo que dio entre ambos departamentos más de 314.000 hectáreas de maíz y el 13,6% de la superficie total provincial (en el ciclo 2017/2018).

Según Ioele, en maíz con la ampliación de la posibilidad de elegir fechas de siembra se introdujo una tecnología de proceso que permitió incrementar la superficie y trabajar sobre brechas productivas zonales.

«Se incorporaron áreas antes denominadas restrictivas o de alto riesgo a la incorporación de un cultivo de alta inversión, pudiendo aumentar la superficie del cultivo en zonas inferiores respecto de calidades de uso de sus suelos a los beneficios ambientales y económicos que produce la inclusión del cereal en todas las regiones donde está presente», dijo el asesor.

En opinión de Gustavo Duarte, asesor, en los últimos años el concepto de rotaciones «tuvo su principal disparador en la política agropecuaria».

«La mejora de precios relativos, a pesar de la permanencia de las retenciones, hizo que el país redujera su ratio desfavorable de hectáreas de soja/maíz de 5 a 3 (de haber 5 hectáreas de soja frente a una de maíz en los últimos años se pasó a 3 hectáreas de soja ante una de maíz) y eso significara, además, un crecimiento de los cultivos de invierno», apuntó Duarte.

Según el asesor, con la política de apertura de mercados para la ganadería también se terminó favoreciendo al maíz.

Y hubo otro impacto. De hecho, de acuerdo a Duarte el crecimiento de cultivos de gramíneas generó un crecimiento de los análisis de suelos, ya que «se interviene más intensamente sobre la nutrición con mayor inversión». Según el censo, a nivel país hay 24.854 EAP que hacen análisis de suelo.

«En la mayoría de los trigos y maíces de la pradera pampeana se invirtieron US$150/200 por hectárea de fertilizantes, siendo lógico tener una mejor descripción de los recursos que los suelos tienen a partir de un análisis», expresó.

Para Juan Brihet, de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, es importante contar con información para entender la base tecnológica que tiene la producción. En esta línea se inscribe también el censo.

«Hoy la agricultura se complejizó y es clave entender la producción con una visión sistémica, tanto en el tipo de insumos que se usan como en los procesos que hacen al manejo de esos insumos», dijo.

Vale recordar que, entre otros datos, el último Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada (ReTAA) de la Bolsa de Cereales, que se realiza todos los años a nivel nacional para los principales cultivos extensivos de grano, reflejó que los cultivos de cobertura se utilizaron en un 13% de establecimientos de los productores, mayormente en el sur de Córdoba, NOA y NEA.

«La aplicación variable de insumos también se destacó en la región norte: a nivel país fue un 10% de los productores. Para el manejo de fertilizantes, el indicador de muestreo de suelos devolvió que un 19% de los productores realizaron esta práctica en la última campaña», señaló.

El censo nacional agropecuario dio cuenta de otras prácticas. A nivel país, 42.607 EAP hacen monitoreo de plagas, 11.029 control biológico, 24.044 manejo integrado de plagas, 35.484 realizan manejo de envases vacíos de agroquímicos y 20.146 hacen envío a reciclado de material no degradable.

Fuente: Fernando Bertello – Diario La Nación

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