El dueño de casa ganó 3 a 2 en la definición por penales ante el seccionado chileno luego de empatar 1 a 1 tras 120 minutos de juego. Los de Scolari se metieron entre los ocho mejores.
El arquero Julio César fue el héroe de los pentacampeones al tapar los disparos de Mauricio Pinilla y Alexis Sánchez, mientras Gonzalo Jara estrelló el último remate de la serie en el palo. David Luiz, Marcelo y Neymar anotaron para Brasil en la definición rápida.
Los goles del encuentro sucedieron en la primera parte del período reglamentario: Jara en contra abrió el marcador a los 17 minutos y Sánchez lo emparejó a los 31m.
Unos 53.000 brasileños sufrieron, vibraron y estallaron con la angustiosa conquista del boleto a cuartos, que el equipo de Luiz Felipe Scolari jugará con Colombia o Uruguay, el viernes próximo a las 17 en el estadio Castelao de Fortaleza.
«Eh, Julio César; Eh, Julio César», rindió homenaje la multitud local en el cierre de una tarde en la que rondó el fantasma del «Maracanazo» de 1950. Pero en definitiva se impuso el peso de la rica historia del fútbol brasileño.
El «scracht» aumentó su absoluta paternidad sobre los trasandinos en Mundiales, al aplicarle la cuarta eliminación tras Chile 1962, Francia 1998 y Sudáfrica 2010, las tres últimas en la misma instancia de octavos.
Equipos nerviosos, tenencias cortas, ritmo intenso y gritos histéricos en las gradas, aún por situaciones irrelevantes del juego, caracterizaron el comienzo del partido en el Mineirao.
El equipo de Jorge Sampaoli buscó afirmarse con un esquema 5-2-1-2, sin mucha proyección de sus laterales Mauricio Isla y Eugenio Mena, a estudio de la postura brasileña.
Después de un cuarto de hora sin dominio marcado, el local ejerció el control territorial y forzó el retraso de Chile con envíos de pelota parada.
Por esa vía llegó la apertura del marcador cuando el desarrollo del juego no permitía intuirlo. Neymar ejecutó un córner desde la derecha, Thiago Silva desvió la pelota al segundo palo y Jara la introdujo involuntariamente en el arco apareado por David Luiz, a quien la FIFA le atribuyó la conquista.
El gol generó las condiciones para el mejor pasaje de Brasil, motivado por el clima de algarabía en el estadio y el miedo de un rival sin la osadía de partidos anteriores.
Con Arturo Vidal condicionado en lo físico, sólo Sánchez se animó a pedir la pelota pero, ante la falta de socios para jugar, fue imposible que Chile progresara en la cancha.
En contraste, Brasil se soltó y se acercó al 2-0 cuando Neymar lideró un veloz contraataque que definió cruzado de zurda con un disparo rasante.
Un grave error defensivo reanimó a los transandinos que alcanzaron el empate a los 31 minutos. Fred rebotó corto un lateral en defensa por el sector izquierdo, Eduardo Vargas recuperó la pelota, lanzó un centro atrás y Alexis Sánchez batió a Julio César con un tiro bajo.
Los pentacampeones no tardaron en reaccionar y encontraron nuevamente a un rival nerviso para resolver situaciones defensivas, aunque el marcador permaneció inalterable hasta el descanso.
Antes, Neymar, de cabeza (35m.); Fred en una arremetida, tras una maniobra individual del crack de Barcelona (38m.) y Silva, con un disparo de media distancia (41m.), avisaron sobre el arco de Claudio Bravo.
Un mérito de Brasil, al margen de sus atributos futbolísticos, fue la personalidad para buscar el partido, incluso cuando el reloj se convirtió en un adversario más.
Hulk se encontró con el segundo tanto a los 9 minutos, tras un notable cambio de frente de Neymar, pero el árbitro inglés Howard Webb, que había dejado dudas en la interpretación de algunas faltas, anuló la conquista al entender que el delantero bajó la pelota con su brazo derecho.
Sampaoli mejoró la consistencia colectiva de Chile cuando reemplazó al delantero Vargas por el mediocampista Felipe Gutiérrez, lo que le permitió soltar a Vidal en el frente de ataque, sin responsabilidades de marcación.
Entonces, se acentuó notoriamente la tenencia de balón por parte del seleccionado trasandino y creció paulatinamente el desconcierto del local en la cancha, más la desesperación de la masa amarilla.
Con una enorme tapada de Julio César a Charles Aránguiz, luego de una buena conexion por la banda derecha, Chile se convenció que un «Mineirazo» era posible.
Es que Brasil ya no lo inquietaba como en el primer tiempo y, frente a la merma de Neymar en el juego, sólo ofrecía las escaladas de Hulk por izquierda.
El crack de Barcelona, luego de aquella pelota que cruzó a los 9m., apareció recién a los 35m., con un cabezazo que Bravo controló en dos tiempos.
Tres minutos más tarde, el arquero chileno se lució con una tapada dentro del área a Hulk, que sorprendió por el medio y se hizo el espacio tras burlar una marca doble.
Sin espacio para más, con un estadio enervado por el suspenso del marcador, el juego marchó al suplementario, en el que ambos expusieron su agotamiento por el calor de la tarde en Minas Gerais.
Brasil recuperó el dominio del partido, apostó con la entrada de Willian por Oscar y lo poco que produjo lo conjuró el sobrio arquero chileno.
Con 120 minutos cumplidos, Chile conqueteó con la hazaña cuando Mauricio Pinilla, tras descarga de Alexis, reventó el travesaño y generó una parálisis de los corazones brasileños.
La serie llegó finalmente a la definición rápida y en ella, Julio César impulsó, con sus manos, a Brasil rumbo a los cuartos de final.
Fuente: Télam