El presidente de Brasil, uno de los países más complicados por el avance del COVID-19, desalienta la cuarentena e ignora el avance de la enfermedad.
Brasil es el país de Latinoamérica más complicado por la pandemia, pero su presidente Jair Bolsonaro parece no estar demasiado preocupado. El mandatario aseguró que organizará un asado en el Palacio da Alvorada en Brasilia para ministros y empleados de la presidencia.
«Estoy cometiendo un crimen. Voy a hacer un asado el sábado aquí en casa. Charlaremos con algunos ministros, algunos empleados que están acá mi lado», aseguró Bolsonaro en diálogo con la prensa en la puerta del palacio presidencial.
El presidente del país vecino afirmó que hará una “vaquita” para pagar la carne, aunque no permitirá bebidas alcohólicas. «Habrá que poner 70 reales. No habrá bebidas alcohólicas , si no, la primera dama pondrá a todos a correr», dijo entre risas.
El jueves, Bolsonaro, afirmó que la libertad es más importante que la vida, al reclamar ante la corte suprema, acompañado por empresarios del sector productivo, la flexiblización de las cuarentenas en estados y ciudades contra la pandemia y advertir sobre un colapso económico y social.
Bolsonaro dijo ante el presidente del Supremo Tribunal Federal, Antonio Dias Toffoli, que Brasil podría tener una crisis económica «como la de Venezuela» en caso de que no se escuche el «clamor de los empresarios» para flexiblizar las cuarentenas a causa del coronavirus, al exclamar que «la libertad es más importante que la propia vida».
Con más de 135 mil casos, Brasil es el país más complicado por el avance de la pandemia de COVID-19 en América Latina. En las últimas horas murieron más de 600 personas y en total acumula más de nueve mil muertos.