Vendió U$S 427 millones si se suman las divisas por cuenta del Tesoro. El contrato a diciembre cotiza a $ 80. Riesgo país en 2.112 puntos.
El Banco Central vendió u$s 427 millones propios y por cuenta del Tesoro para intentar frenar el dólar en una jornada financiera de altísima tensión. Así y todo, la divisa subió $ 1,51 en el segmento minorista. En Rosario cerró a $ 61,50. Poco antes de que el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, anunciara el default selectivo de la deuda, tuvo que declarar desierta una licitación para renovar esos papeles. Las reservas internacionales perforaron otro piso, el de los u$s 57 mil millones.
El temor a la cesación de pagos y la iliquidez en la oferta del mercado cambiario detonaron otro día explosivo para las finanzas. Temprano, la autoridad monetaria dispuso limitaciones al crédito en pesos para los agroexportadores, con el objetivo de que liquiden divisas. Aunque indirecta y tibia, se trató de la primera medida de administración cambiaria que toma el gobierno en casi cuatros años. Un anticipo de lo que vendría: en horas de la tarde anunció un «reperfilamiento» de vencimientos de deuda que fue interpretado generalizadamente como un default.
En el medio, mientras la calle ardía con las protestas de las organizaciones sociales que reclaman medidas para enfrentar la emergencia alimentaria, la city era el único incendio que ocupaba la atención del gobierno.
El Banco Central vendió u$s 367 millones de las reservas para abastecer la demanda del mercado. Se sumaron a la oferta habitual de u$s 60 millones que venden por cuenta del Tesoro. Igual, la divisa se incrementó hasta $ 58,10 para la venta. El volumen de negocios del mercado de contado rondó los u$s 760 millones. En el Rofex se operaron contratos de futuros por u$s 1.360 millones. Para fin de año el precio se ubicó en $ 82,50.
«La demanda por cobertura y la escasa oferta genuina volvieron a requerir del auxilio oficial para acotar parcialmente la suba», dijo el analista Gustavo Quintana.
El Banco Central llevó a cabo siete licitaciones.
A diferencia de las cinco ruedas previas, la autoridad monetaria recortó levemente la tasa de interés de Leliq, que quedó en 74,983 por ciento. El Central también adjudicó Leliq por $ 200.413 millones, sobre un vencimiento total de $ 245.489 millones, con lo que dejó sin renovar $ 55.076 millones.
El economista Gustavo Ber advirtió que «en este delicado escenario, donde la demanda por cobertura sigue muy firme, se acentúa el monitoreo sobre la marcha de las reservas netas, ya que resulta crucial frenar su deterioro a fin de evitar un recrudecimiento de las turbulencias financieras».
De hecho, el anuncio de renegociación de deuda con acreedores privados y organismos multilaterales que anunció Lacunza tiene el objetivo inmediato de liberar un frente de presión sobre las menguadas reservas. En lo urgente, patear vencimientos por u$s 15 mil millones en Letes, Lecaps y otros instrumentos de deuda de corto plazo, que operan hasta diciembre. Esa cifra es similar a los activos de libre disponibilidad del Banco Central, que ahora podrán ser usados para «estabilizar» el tipo de cambio, de acuerdo al razonamiento del oficialismo.
Fuga sí, deuda no
Fiel a sus convicciones, y vaya a saber a qué más, el gobierno optó por pedalear la deuda antes que cortar la demanda de dólares para atesoramiento y/o fuga.
Así, las reservas volvieron a caer y finalizaron en u$s 56.950 millones, u$s 523 millones por debajo del cierre del martes.
El panel líder de la Bolsa de Comercio porteña subió 3,4 por ciento.
Lo más preocupante es la nueva escalada del riesgo país. Este indicador que elabora el JP Morgan cerró en 2.112 puntos, el mayor valor en 14 años. Entre los bonos nominados en dólares, las bajas llegaron a 9,2 por ciento.
El fantasma del default, presente durante todo el año, se corporizó en las últimas horas e impidió a Hacienda renovar Letes.