El Bayern se puso la corona mundial en el desierto. La pandemia trasladó a 2021 la histórica consecución de su ‘Sextete’. Junto al Barcelona de Pep Guardiola y de los seis títulos de 2009 está ya el rodillo bávaro que construyó en 2020 Hansi Flick. ¡Quién se lo iba a decir cuando en noviembre de 2019 relevó a Kovac cogiendo a un club a la deriva! Un año después ha llenado su sala de trofeos con la Bundesliga, la Copa, la Champions, la Supercopa alemana y europea y el Mundial de Clubes después de ganar (1-0) a Tigres en la final. Seis en uno. Un pleno perfecto.
En Qatar, el campeón de la ‘Concachampions’, que había dejado por el camino a Ulsan y Palmeiras en busca de la eternidad, aguantó ante el gigante teutón… pero sin hacerle ningún rasguño. Tigres apenas pudo morder al Bayern. Con Gignac enjaulado en la defensa bávara, el conjunto mexicano se centró en resistir para intentar llegar a la orilla. Se quedó en medio de la travesía, aunque siempre estuvo en el partido. Redujo la distancia con el campeón de la Champions con toneladas de esfuerzo.
El Bayern mandó y coleccionó ocasiones. Menos de las previstas por la seriedad y la fortaleza mexicana. Con Kimmich y Alaba como motores en la sala de máquinas, los ‘bávaros’ intentaron imponer su ritmo ante el ímpetu de Tigres. Un esfuerzo titánico. Joshua teledirigió un chut ajustado a gol… pero el VAR lo anuló por fuera de juego de Lewandowski. El polaco, que no ‘mojó’ y estuvo ‘solo’ sin su socio Müller (positivo por covid-19), se cruzó en la trayectoria del balón. Gnabry, Coman… lo intentaron sin dar en la diana.
Reyes y Salcedo fueron dos torres que sostuvieron un muro que únicamente cedió en una ocasión. Pasada la hora de partido, Kimmich encontró a Lewandowski. Guzmán salió a despejar y en su pelea con el polaco la bola le cayó a Pavard para que marcara el 1-0. Una jugada en el filo, con ‘Lewy’ rozando el fuera de juego. El VAR certificó la diana que le dio el Mundial de Clubes al Bayern. Un campeón de vídeo.
Roto el marcador, el equipo de Flick hizo sudar a Guzmán. Tolisso se encontró con el palo, Douglas Costa con el portero argentino… Tigres dejó espacios atrás en busca del empate, pero sin dar ningún zarpazo. Gignac se fue sin probar a Neuer. El Bayern, sin brillo, es historia del fútbol. Le costó un mundo dejar K.O. a un Tigres que también pasó a la posteridad. Pisó un terreno nunca antes transitado por un club mexicano, pero les faltó un palmo para subir al Olimpo. Un lugar en el que están los bávaros de Flick. El Barcelona y Guardiola tienen compañía.
FUENTE: ar.marca.com