Argentina en alerta climática: es cada vez más sólida la probabilidad de ocurrencia de una “Niña” que potencie la emergencia hídrica
Panorama complicado. La cadena agroindustrial argentina, junto con la economía del país sudamericano, ingresó en una zona de riesgo al fortalecerse un escenario de restricción hídrica para el segundo semestre de 2020.
El nuevo pronóstico elaborado por Climate Prediction Center e International Research Institute for Climate and Society (CPC/IRI) indicó ayer jueves que existe un 61% de probabilidad de ocurrencia de un evento “Niña” en el último trimestre de 2020.
El pronóstico, que coincide con el promedio de proyecciones de largo plazo elaboradas por los principales centros de investigación climática globales, prevé que el evento “Niña” comenzaría a desactivarse a partir de febrero de 2021 para ingresar en una fase “Neutra” (como la vigente en la actualidad).
La última vez que la Argentina atravesó una fase “Niña” en el fenómeno Niño-Oscilación del Sur (ENSO por sus siglas en inglés), que comprende la oscilación de parámetros meteorológicos del Océano Pacífico ecuatorial, registró una sequía que provocó un desastre productivo en la cosecha gruesa.
En la campaña 2017/18 la cosecha argentina de soja fue de apenas 37,7 millones de toneladas, mientras que la de maíz cayó para ubicarse en 43,4 millones de toneladas, según datos oficiales.
En el escenario climático planteado por CPC/IRI los cultivos de granos gruesos de siembras tempranas (soja de primera y maíz temprano) serían los más comprometidos, mientras que los tardíos y de segunda estarían mejor posicionados, dado que en este último caso el período crítico de formación de vainas en soja y floración en maíz ocurre recién bien entrado el año 2021.
El problema es que buena parte del norte de la zona pampeana argentina y del NOA se encuentra en emergencia agronómica a causa de una restricción hídrica que presenta escasas posibilidades de recuperación en lo inmediato.
Más allá de la evidencia objetiva del estado de situación en las regiones productivas afectadas, ni las autoridades provinciales ni nacionales argentinas han incluido el problema en la agenda de temas por tratar para adelantarse a un escenario de emergencia agropecuaria.