Las últimas lluvias, y el pronóstico de que persistirán el fin de semana con fuertes vientos, preocupan a la zona sur de la provincia
Foto: La Capital
Los pronósticos de lluvias hasta el domingo, más los previsibles fuertes vientos del sur, encendieron la alarma en la comunidad de Melincué. No obstante, desde el Nodo 5 del gobierno santafesino aseguraron que la situación hídrica de la laguna homónima está «controlada y se reforzó en los lugares donde mayor impacto se sufre por el avance de las aguas, sobre la ruta 90». Así lo hizo saber el titular del Nodo 5, Diego Milardovich. En la zona aledaña a la laguna La Picasa, a unos 120 kilómetros de Melincué, el panorama es similar y todo agravado por las lluvias aunque la sangre aún no llegó al río.
Ayer este diario recorrió la zona de la laguna y detectó a la vera de la ruta 90, en el corazón de la laguna, un panorama similar al que se viene observando desde hace meses, aunque un tanto agravado: la ruta cortada, el agua invadiendo la carpeta asfáltica, y la constante de máquinas trabajando a destajo varias horas al día.
Pero desde la recorrida anterior de LaCapital el panorama varió. Ahora el agua ya llega casi hasta la ruta 90 a la altura del Club Náutico, es decir que avanzó varios metros. En ese lugar está ubicado un puesto de vigilancia policial que indica el desvío por un camino de tierra para poder llegar al pueblo, más concretamente y según reza el cartel, al casino.
«A nosotros nos preocupa más el viento que la lluvia porque el oleaje es lo que puede romper el terraplén aunque esa defensa fue reforzada, por lo cual queremos llevar tranquilidad a la comunidad de Melincué. Las estaciones de bombeo evacúan el agua perfectamente por lo que el problema no es la cantidad de agua sino las fuerzas que puedan a llegar a tener los vientos», dijo Milardovich.
Inexorablemente, el espejo de agua creció durante el último año como consecuencia de las abundantes lluvias caídas y esa situación es la que alertó a la población que ya sufrió hace algunos meses el ingreso hídrico al casco urbano. De allí la preocupación de la gente más allá del refuerzo de las defensas realizadas por la provincia y la colocación reciente de nuevas estaciones de bombeo para nivelar la laguna.
Vigilancia permanente
Según el titular del Nodo 5, «hay vigilancia permanente que va haciendo un monitoreo hora por hora para determinar la situación del espejo de agua sobre la ruta 90 entre Elortondo y Melincué».
El funcionario añadió que «la otra defensa que se está construyendo es la norte que va por detrás del casino y protege al pueblo de un eventual desborde de la laguna».
Detalló que «esa va a buen ritmo a pesar de las inclemencias del tiempo», explicó.
Pero lo cierto es que una cantera fue la que ganó la licitación para proveer de piedras para las defensas. Son alrededor de 10 mil toneladas, de las cuales ya se pusieron 4 mil y ahora se quedó sin material. «Por unos días no hay piedras pero en los próximos días se normalizará la situación y se colocarán las toneladas restantes para completar el refuerzo en las zonas más críticas», aclaró Milardovich.
La Picasa
«Estuvimos bastante desesperados porque se nos llenaron las calles de agua y los bombeadores no daban abasto», dijo al diario La Tribuna del Sur el presidente comunal de Aarón Castellanos, Walter Ramanzín.
Esa localidad es la más próxima y perjudicada por el crecimiento desmedido de la laguna La Picasa aunque allí están un poco menos asediados que en Melincué, donde el agua acecha a pocos metros del ejido urbano.
No obstante, Aarón Castellanos también está rodeada de terraplenes para evitar que la laguna ingrese al casco urbano, y el agua de las lluvias debe ser bombeada hacia el exterior como en Melincué.
Sin embargo, las últimas lluvias, que alcanzaron los 90 milímetros ,anegaron las calles del pequeño pueblo aunque el agua no entró a ninguna vivienda.
«Desde Rufino a Castellanos es un mar, los campos están todos bajo el agua», dijo Ramanzín, y agregó que «no sé qué va a pasar, no sé cómo la vamos a seguir peleando».