Alfredo, Sara, Adriana y Verónica Cuello hacemos llegar nuestro agradecimiento por el inmenso acompañamiento recibido de amigos, compañeros de trabajo, colegas, familiares y vecinos de la ciudad de Rufino ante la trágica muerte de Marcelo y Aien Cuello.
Marcelo, una persona sana, con inmensos valores, trabajador , ni que hablar como padre. Aien un ser excepcional, su risa, su baile era la alegría de la vida de sus seres queridos.
Atravesamos hoy un tremendo dolor, fe en que descansen juntos y en paz y esperanza de justicia ante tan aberrante suceso.