Fue en Santa Fe. El chico, de 14 años, se había puesto una semana atrás un arito en el lóbulo de la oreja. La infección se le hizo generalizada.
Un adolescente de 14 años murió en un hospital de la ciudad de Santa Fe a causa de una infección generalizada cuya puerta de entrada fue el lóbulo de una oreja donde se había hecho colocar un arito.
Se trata de un chico que residía en el barrio San Lorenzo, al oeste de la capital santafesina, y que murió en el hospital de Niños Orlando Alassia el fin de semana, a siete días de haberse colocado el aro.
El director del hospital Alassia, Osvaldo González Carrillo, contó que el joven «ingresó la semana pasada con un cuadro inicial (de infección) en la cadera que después hizo una infección generalizada».
El médico explicó que «la puerta de entrada fue un arito, un piercing que se colocó en uno de los lóbulos de la oreja» y remarcó que «no son casos muy frecuentes ni que hagan infecciones tan severas», pero que «nos lleva a reflexionar (acerca) de las condiciones en que se pueden colocar estos objetos».
González Carrillo le dijo a radio Universidad de Santa Fe que en caso de decidir colocarse un aro, se debe velar por «tener todas las medidas higiénicas necesarias. Tengamos en cuenta que todo esto rompe una barrera de defensa del cuerpo y hace más posible las infecciones».
Agregó que «el lugar del origen de la infección era el aro, eso después se transmite por sangre y pasa a cualquier lugar del cuerpo y después se generaliza».
Y continuó: «El primer lugar donde se focalizó el germen, que era un estafilococo, fue en la cadera y después hizo un cuadro generalizado, bastante severo, y no hubo forma de recuperarlo».
González Carrillo aclaró que se trató de «un aro tradicional, de los que se colocan perforando el lóbulo».
La técnica de perforación cutánea o piercing consiste en perforar con agujas u otros instrumentos punzantes en la piel, mucosas u otros tejidos con el fin de colocar en la abertura obtenida un objeto.
Los médicos aseguran que no todas las partes del cuerpo conllevan el mismo riesgo y que entre las más delicadas están la lengua, el ombligo, los genitales y los pezones.
¿Porqué las técnicas del piercing suponen un riesgo? Porque son invasivas, atraviesan la barrera de protección cutánea por lo que ésta pierde su integridad y como consecuencia su papel protector.
Segundo, porque utilizan sustancias o materiales ajenos al organismo que al introducirse en el cuerpo pueden provocar diversas complicaciones por alergias o rechazo a los productos utilizados.
Si quien practica el piercing no utiliza guantes de tipo quirúrgico e instrumental estériles, de un solo uso (en envase sellado para abrir en presencia del usuario) ya es una señal de que no extrema los cuidados. Si su ropa y calzado están sucios, otro indicio. Si fuma, come o bebe mientras realiza el trabajo, otro indicativo de que no guarda mínimas prevenciones.
Si ocurren cortes, heridas, quemaduras u otras lesiones durante la práctica, ellos deben ser cubiertos de inmediato.
Los riesgos más destacados en casos de complicaciones posteriores se pueden agrupar en: alergias, principalmente a los pigmentos utilizados en los tatuajes y a los metales que componen los piercing. Aparecen las dermatitis de contacto que se caracterizan por la aparición de lesiones eccematosas limitadas al aérea tatuada o de inserción del piercing.
También son comunes las infecciones locales, sobre todo de tipo bacteriano y que se manifiestan por enrojecimiento, hinchazón, dolor, calor, drenaje purulento del área infectada y/o fiebre. Suelen ser frecuentes, casi el 20 por ciento de estas prácticas de arte corporal sufren una infección local de este tipo.
Las personas que tienen alterado su sistema inmunológico, como la diabetes, favorecen las infecciones y están más expuestas.
También hay casos de cicatrices hipertróficas o deformes.
Fuente: lacapital.com.ar