Don Abraham Salomón Azriel, nació en la ciudad de Rosiari del Vede, Rumania, en el año 1890. En 1913 desembarcó en Buenos Aires y, posteriormente, se estableció en la vecina localidad de Rosales (sur de Córdoba), desde allí construyó una ligazón muy importante con la ciudad de Rufino.
Don Abraham, representó a los miles de inmigrantes que con su trabajo y esfuerzo engrandecieron nuestro país y sus inquietudes por nuestra cultura lo llevaron a la gran tarea de traducir nuestro “Martín Fierro” a su idioma natal, el rumano. Esto le valió el reconocimiento y admiración de nuestros ciudadanos y valoración de sus trabajos literarios.
La ausencia del Poeta
Texto escrito por el desaparecido poeta rufinense José María Plaza en alusión a la muerte de Don Abraham Asriel
El sábado 4 de junio p.pdo., el silencio puso un telón de llanto en los espíritus y apagaron los pájaros sus lámparas de trinos… Había muerto ABRAHAM S. AZRIEL, notable poeta que transitó la vida en cada verso y honro con sus trabajos las letras argentinas y extranjeras.
Vio la luz en Rosiari del Vede, distrito de Teleorman (Rumania) en el año 1890, y ya en 1913 con su bagaje de ilusiones, llegó a Buenos Aires, donde se desempeñó durante tres años como empleado de Obras Sanitarias de la Nación.
Pero como todo vate necesitaba de espacios abiertos y de las cálidas lunas lugareñas, por eso en 1916 se radicó en la vecina localidad de Rosales (Cba.); permaneciendo allí durante más de medio siglo y desde donde desplegó sus actividades como comerciante en la zona, siendo las ciudades de Rufino y Laboulaye las destinatarias de sus grandes inquietudes.
Fue así uno de los primeros miembros del partido Socialista, habiendo ingresado a sus filas el 9 de agosto de 1919. En el año 1931 se casó con Josefina Armando, compañera abnegada que se encendió en dos hijos (una niña y un varón), para alegría de ese hogar modesto, donde el respeto y la rectitud fueron los más firmes puntales que jalonaron su existencia, hasta los 87 años de edad.
Don Abraham S. Azriel fue asiduo colaborador del semanario “El Pueblo” de Rufino y del periódico “Achunta” de Rumania, dejando en cada unos de ellos la originalidad de su estilo.
Si bien sus poemas trascendieron los límites de nuestra república, lo que lo situó entre las personalidades más destacadas de la literatura, ha sido sin duda su magnífica traducción del “MARTIN FIERRO” al idioma rumano, mereciendo conceptuosos comentarios de los diarios “La Nación” y “La Prensa”, como así también de plumas autorizadas que le brindaron su apoyo y admiración.
La mencionada obra fue donada por su autor a la Biblioteca Nacional, siendo entonces director de la misma el escritor Jorge Luis Borges, quien le agradeció efusivamente tan importante obsequio.
No obstante eso, también por gentileza del desaparecido poeta, cuentan con la mencionada traducción: la Facultad de Filosofía y Letras, el Museo José Hernández “Chacra Pueyrredón”, la Universidad del Salvador, el Museo Mitre, la Biblioteca “Juan Bautista Alberdi” de Laboulaye, Remanische Bibliothek diu Freiburg (Alemania Occidental) y otras instituciones culturales del país y del exterior.
Tradujo, además, “EL ALMA DEL PAYADOR”, fragmento de la obra “Santos Vega” de Rafael Obligado, el cual, juntamente con el “Martín Fierro”, se lo envió a Jorge A. Mitre, obteniendo el beneplácito y agradecimiento del distinguido descendiente del prócer.
La valiosa correspondencia que guarda celosamente su familia, dice bien a las claras del predicamento que tuvo don Azriel entre los más consagrados literatos.
Uno de los últimos homenajes que se le tributaron, fue el reportaje que le hiciera nuestra emisora, LT 37, donde su innata modestia siempre prevaleció sobre su condición de hombre de letras.
Quizá por eso su dilatada vida transcurrió con la mansa diafanidad de un arroyo y su regreso a las sombras tuvo la magnificencia de su crepúsculo.
Los antiguos sostenían que “los seres amados por los dioses mueren jóvenes”. Si este axioma estuviera en lo cierto, la ancianidad del poeta ABRAHAM S, AZRIEL habría sido un accidente cronológico, nada más….
José María Plaza – Rufino (Sta. Fe)
Periódico Noticias sábado 11 de Junio de 1977.
Don Abraham necesitó 10 años para traducir el “Martín Fierro” al rumano. Recién estuvo terminado en el año 1961. Su obra recibió elogios de distintos diarios argentinos y personalidades destacadas de Rumania
“Don Abraham S. Azriel es uno de los tantos extranjeros que encontraron en nuestras tierras la prosperidad que hace medio siglo se hallaba ausente de aquellos países del centro de Europa, azotados por la miseria y el atraso. Como es natural, Azriel no ha olvidado su patria natal, a la que quiere entrañablemente, y a varias décadas de dejarla sigue “pensando en rumano”. Poblador de un apequeña localidad cordobesa, Rosales, en al que tiene un pequeño comercio, sus horas libres eran propicias a la lectura, y que mejor que acceder a la literatura representativa de los argentino. Fue así que pudo admirarse de los valores insospechados por el de nuestro máximo poema gauchesco: el Martín Fierro. Al asombro siguió una firme determinación: verter esa obra capital de las letras americanas. Y tras varios años de cuidadosa labor, en los que puso lo mejor de sí para no apartarse en lo más mínimo del espíritu que anima a los versos de José Hernández, sopesando cada término, aclarando exhaustivamente en notas al pie de página algunos términos intraducibles, y requiriendo de la gente de campo con la que se hallaba cotidianamente vinculado las opiniones que sirvieran para mejorar su labor con la esencia de la obra, la tarea quedó concluida”.
Fragmento del diario Noticias Gráficas, lunes 20 de Febrero de 1961.
Realización: Miguel Angel Barucco.
Agradecimiento a Blanca Azriel de Romano por el aporte del material.